Acumuladores de calor ¿Cómo funcionan? ¿Son de bajo consumo?
Instalar acumuladores de calor en casa es una buena opción si quieres aprovechar las horas en las que el precio de la electricidad es más barato para generar calor. Te contamos qué son, cómo funcionan y en qué casos merece la pena su instalación.
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Acumuladores de calor: ¿Qué son?
Los acumuladores de calor son generadores de calefacción que utilizan la electricidad para generar energía térmica.
Con esta definición, podrías pensar que hablamos de un radiador eléctrico normal y corriente. Nada más lejos de la realidad; estos dispositivos, que también se conocen como radiadores acumuladores eléctricos, destacan por acumular el calor en las horas valle (los momentos en los que las tarifas de la luz son más baratas) y liberarlo después.
¿Realmente merecen la pena los acumuladores de calor eléctricos?
Hay algunos motivos por los que merece la pena instalar estos dispositivos:
- Su mayor ventaja es que pueden programarse para acumular calor durante las horas en las que la energía eléctrica es más barata, por lo que son una elección excelente para aquellos usuarios que tienen una tarifa con discriminación horaria. Aunque el precio varía en función de la tarifa que selecciones, el precio de la electricidad en las horas valle ronda los 0,14 €/kWh.
- Pueden llegar a emitir calor las 24 horas del día, con una carga de tan solo 8 horas, porque distribuyen el calor de forma homogénea.
- No es necesario hacer obras para instalarlos.
- Al contrario de lo que sucede con los sistemas de calefacción de gas y biomasa, no emiten humos.
- Otros sistemas eléctricos, como las bombas de calor, funcionan con refrigerante, habiendo riesgo de fugas. Un acumulador eléctrico es completamente seguro.
- No necesitan mantenimiento profesional, tan solo requieren limpieza.
Sin embargo, no siempre es la opción más conveniente debido a que:
- La energía eléctrica es cara, por lo que si no se tiene una tarifa con discriminación horaria no merecen la pena, dado que el precio de la luz ronda los 0,2 €/kWh, más del doble que el gas natural.
- No son dispositivos económicos, su precio medio es de 900 €.
- Ten en cuenta que la calefacción es el sistema que más energía consume en una vivienda, por lo que es posible que necesites aumentar tu potencia eléctrica contratada.
¿En qué se diferencian de otros sistemas eléctricos?
Una de las principales características de los radiadores eléctricos tradicionales es su baja inercia térmica, que supone al mismo tiempo una ventaja y un inconveniente. Ventaja, porque se calienta inmediatamente, en el momento en el que el usuario demanda calefacción; desventaja, porque el calor se pierde cuando el sistema se apaga.
Un acumulador de calor soluciona este problema: si bien se calienta rápidamente, los modelos más avanzados permiten a los usuarios elegir exactamente en qué momento necesitan calefacción.
¿Cómo funcionan los acumuladores de calor?
Otro punto que los diferencia de los radiadores eléctricos tradicionales es su variedad. Puedes elegir tres tipos de acumuladores en función de las necesidades de tu hogar:
- Acumuladores solares.
- Acumuladores dinámicos.
- Acumuladores estáticos.
Acumuladores de calor solares, los más eficientes
Los acumuladores solares son la opción perfecta para aquellos usuarios que tienen placas solares instaladas en casa, pues pueden reducir su consumo eléctrico al 100%.
Uno de los principales problemas de las placas solares radica en que en lugares como España, con un clima soleado, tienden a producir más energía de la que demanda el usuario, generando pérdidas. Por suerte, los acumuladores de calor solares utilizan los excedentes de nuestra instalación de autoconsumo para almacenar calor, que el usuario puede liberar cuando lo desee.
Si la energía solar no basta para realizar la carga completa de nuestros emisores de calefacción, utilizan una parte de energía eléctrica. Sin embargo, si nuestras placas solares producen la suficiente energía, podemos disfrutar de calefacción completamente gratuita.
¿Cómo lo logran? Su funcionamiento es el siguiente:
- Las placas solares, expuestas a la luz solar, generan energía fotovoltaica.
- La energía fotovoltaica se transforma en la energía eléctrica que consume la vivienda.
- Si las placas solares han generado más electricidad de la que hemos consumido, la energía procedente de nuestros paneles fotovoltaicos calienta las resistencias del interior del acumulador cuando el usuario lo pone a cargar.
- A su vez, las resistencias transmiten el calor a los ladrillos refractarios que se encuentran dentro del radiador. Se trata de bloques de cerámica que destacan por su capacidad para almacenar el calor.
- Los ladrillos se mantienen calientes gracias al aislamiento térmico que los rodea.
- Una vez completada la carga, el acumulador cede el calor a la estancia cuando el usuario lo demanda.
Acumulador dinámico: máximo control
Otra opción muy interesante son los radiadores con almacenamiento de calor dinámicos.
Un acumulador dinámico aprovecha las horas valle para cargarse retiene el calor gracias al material aislante presente en su interior, pero se diferencian del resto de modelos por llevar incorporada una turbina que impulsa el aire caliente y una rejilla que se abre cuando lo demanda el usuario.
Su eficiencia es más alta que la de los acumuladores estáticos debido a que:
- Son programables: el usuario tiene el máximo control y puede elegir las horas en las que quiere que se realice la carga y la descarga de calor.
- Van equipados con una sonda que mide la temperatura de la estancia. Así, se acciona cuando la temperatura baja y deja de ceder calor cuando alcanza la temperatura de confort.
- Las pérdidas de calor suponen tan solo un 25% del total de la energía consumida.
Acumuladores estáticos, los más baratos
Los modelos estáticos son los más sencillos en cuanto a funcionamiento: se cargan durante 8 o 14 horas, dependiendo del modelo, y cuando captan la energía suficiente la desprenden de manera constante y homogénea, para que la estancia tenga la misma temperatura en todo momento.
Aunque un acumulador estático es mucho menos eficiente que uno dinámico o solar, lo compensan con un precio económico que oscila entre los 200 € y los 600 €.
Debes tener en cuenta que los dispositivos estáticos son los que más energía consumen, porque necesitan más potencia para satisfacer las necesidades de los usuarios. Teniendo en cuenta que el precio de las facturas aumenta, la baja inversión inicial no merece tanto la pena como podría parecer.
Solar | Dinámico | Estático |
---|---|---|
Consumo bajo o nulo | Consumo bajo con tarifa de discriminación horaria | Consumo medio |
Eficiencia energética óptima | Buena eficiencia energética | Poca eficiencia energética |
Funcionan con energía renovable | Funcionan con energía no renovable y contaminante | Funcionan con energía no renovable y contaminante |
Solo consumen electricidad en momentos puntuales | Su funcionamiento depende por completo de la electricidad | Su funcionamiento depende por completo de la electricidad |
La instalación fotovoltaica supone una elevada inversión inicial | Instalación sencilla, barata y sin obras | Instalación sencilla, barata y sin obras |
Radiadores acumuladores eléctricos: estas son las opiniones de los usuarios
Los radiadores acumuladores son una opción económica y eficiente si se comparan con otros sistemas eléctricos de calefacción, pero ¿realmente merecen la pena frente a los generadores de calor tradicionales? Veamos cuáles son las opiniones de los usuarios respecto a los acumuladores de calor:
Mejor opción que un radiador eléctrico, peor que el gas
Los acumuladores de calor consumen menos que otros emisores térmicos, porque están diseñados para generar calor durante el día a bajo coste y cargarse durante las horas valle. Sin embargo, siguen suponiendo un gasto considerable en electricidad, mucho mayor al que tienen otros sistemas como el gas natural.
Ahorro en electricidad
Hace unos años residía en un piso de alquiler donde tenía instalados acumuladores: cargaban por la noche y distribuían el calor durante el día, de forma que el ahorro en calefacción, comparado con un radiador eléctrico normal, era bastante alto.
Compensa en casos muy concretos
No recomiendo los acumuladores de calor estáticos si no estás todo el día en casa, porque no aprovechas en absoluto el calor que generan. Es lo que me ocurrió en casa y, finalmente, decidí cambiarlos por radiadores normales.
Depende de la programación
Transformar la electricidad en calor supone un gasto inevitable, pero podemos ahorrar si lo programamos correctamente: si tenemos bien configurada la temperatura de confort, si la potencia de los acumuladores eléctricos están bien dimensionados en función del tamaño de las habitaciones y si se pueden controlar en remoto desde el teléfono.
No son la mejor opción, ni de lejos
Tuve acumuladores en su día, cuando la diferencia entre las horas valle y las horas puntas era mucho mayor. Sin embargo, ahora no creo que merezcan la pena por varios motivos: incluso si las rejillas del aire están cerradas, una parte del calor se escapa, lo que supone una pérdida cuando no estamos en casa; además, como hay que cargarlos para que emitan calor, puede ser que te olvides de cargarlos, o peor, que los hayas cargado y finalmente no necesites utilizar esa energía.
Mayor flexibilidad
Yo los considero radiadores de bajo consumo, porque tan solo consumen cuando es necesario. Al fin y al cabo se pueden programar, reducen su potencia en el momento exacto en el que se alcanza la temperatura de confort y se pueden controlar con el móvil cuando no estás en casa.
Hay opciones mejores
Hay sistemas de calefacción muy más eficientes: sin ir más lejos se me vienen a la mente las bombas de calor, las calderas de condensación de gas y las calderas de pellets. El punto positivo de los acumuladores es que te permiten optimizar el consumo, pero ya.
¿Cómo funcionan los acumuladores de calor?
Un acumulador produce calor mediante el siguiente proceso:
El aparato carga a demanda del usuario: la carga dura 8 o 14 horas e idealmente debe hacerse durante la noche, en las horas de menor coste energético.
Durante la carga, la resistencia eléctrica que contienen los radiadores acumuladores se calienta y cede el calor al núcleo térmico de ladrillos refractarios.
El aparato almacena el calor por dos motivos: en primer lugar, por la elevada inercia térmica del ladrillo de cerámica y, en segundo lugar, por el aislamiento que rodea al ladrillo.
Cuando la carga se completa, el acumulador libera el calor, si se trata de un aparato estático, o lo retiene hasta que el usuario lo necesite, si es dinámico.
Radiadores acumuladores de calor: ¿son de bajo consumo?
Aunque la luz es una de las energías más caras, algunos sistemas de calefacción eléctrica se consideran de bajo consumo. Es el caso de los radiadores de bajo consumo y los acumuladores de calor.
Si bien es cierto que un acumulador permite un consumo más eficiente que otros emisores eléctricos, el gasto en calefacción aumenta notablemente si se compara con otros sistemas más eficientes, como el gas natural, que tiene un precio hasta tres veces más bajo, o la aerotermia, que consume tan solo una cuarta parte de electricidad.
Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía, una vivienda española consume, de media, 5.281 kWh al año solo en calefacción. Así, el gasto anual sería el siguiente:
Sistema | Consumo anual | Precio de la energía | Gasto anual |
---|---|---|---|
Radiadores acumuladores | 5.281 kWh | 0,2 €/kWh | 1.056,20 € |
Gas natural | 5.281 kWh | 0,07 €/kWh | 369,67 € |
Aerotermia | 1.320 kWh | 0,20 €/kWh | 264 € |
Como ves, el gasto anual de la calefacción con acumuladores es casi tres veces mayor que el de la calefacción de gas natural y cuatro veces mayor que el de la aerotermia. Por eso, no podemos considerarlo un sistema de calefacción de bajo consumo, y te recomendamos instalar una de las otras dos opciones si quieres ahorrar en tus facturas.
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