Radiadores eléctricos: ¿cuál comprar? Tipos y comparativa
Elegir radiador eléctrico puede ser algo complicado debido a la gran variedad que existe. A continuación, te contamos las diferencias entre todos ellos: cómo funcionan, cuáles son más económicos, cuáles los más eficientes y desvelamos varios mitos que se dan por hecho.
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Mejores radiadores eléctricos según la ocu
La Organización de consumidores y usuarios (OCU), elabora anualmente un listado anual con los mejores radiadores eléctricos en función de su calidad y precio. A continuación, te mostramos los que la OCU considera como los 3 mejores radiadores eléctricos del 2020:
Orbegozo RRE 1310 | Cecotec Ready Warm 5600 Space | Aigostar Pangpang 33IEJ |
---|---|---|
Ver precio | Ver precio | Ver precio |
10 puntos | 9,7 puntos | 9,3 puntos |
Radiador calor seco | Radiador de aceite | Radiador de aceite |
1.300 W | 600 a 1.500 W | 1.000 a 2.220 W |
Incluye termostato | Incluye termostato | Incluye termostato |
¿Cómo funciona un radiador eléctrico?
Los radiadores eléctricos son aparatos que normalmente se utilizan como sistema de calefacción cuando se trata de segundas viviendas, hogares pequeños o zonas donde no hace mucho frío. Esto se debe a que es un sistema barato, ya que no requiere instalación pero que consume mucha energía. Es por ello que se utiliza cuando el consumo es bajo.
Dependiendo del tipo de radiador eléctrico su funcionamiento cambia, así encontramos los siguientes tipos de radiadores:
Según su tecnología:
- Radiadores eléctricos de calor azul
- Radiadores eléctricos de calor seco
- Radiadores de bajo consumo
- Radiadores acumuladores eléctricos
- Radiadores eléctricos por infrarrojos
Según su instalación:
Según su diseño:
Radiadores eléctricos de calor azul
Los radiadores de calor azul disponen de una resistencia en la base de cada uno de los elementos que hace que el fluido caloportador de color azul (de ahí su nombre) que contienen se caliente.
Las resistencias se calientan debido al paso de la corriente eléctrica en el llamado efecto Joule. Este efecto consiste en que los electrones chocan con los átomos de las resistencias haciendo que estos se desplacen, generando energía que tienen que liberar en forma de calor para poder volver a su estado de reposo.
El fluido azul, que está preparado para aguantar temperaturas muy elevadas absorbe el calor de las resistencias y lo transmite a la carcasa del radiador.
Los radiadores de calor azul tienen una inercia térmica alta, es decir, siguen desprendiendo calor tiempo después de estar apagados. Por contra, tardan bastante en calentarse.
El uso de radiadores eléctricos en un hogar de tamaño medio grande puede suponer un gasto que duplica al de la calefacción de gas natural. Debido a esto es más común realizar una instalación de gas natural en las zonas donde se utiliza de forma frecuente la calefacción.
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Radiadores eléctricos de calor seco
Los radiadores eléctricos secos funcionan gracias a unas resistencias incrustadas a presión en el material que compone el radiador(aluminio, chapa de acero, mica o cerámica). Cuando el termostato detecta que la temperatura de la habitación es más baja de lo deseado calienta las resistencias que elevan la temperatura del aluminio transmitiendo calor a la estancia.
La gran ventaja de este tipo de radiadores es que se calientan mucho antes que los que tienen fluido en su interior. Esto se debe a que al no tener un fluido caloportador, el calor solo se centra en el metal o cerámica, y estos son grandes transmisores del calor.
Los radiadores eléctricos secos tienen una inercia térmica baja, es decir, se enfrían igual de rápido que se calientan. Por lo que estos radiadores se recomiendan en viviendas donde se utilice la calefacción pocas horas (menos de 4).
Un ejemplo de buenos readiadores eléctricos secos son los radiadores Ferroli Napoli, disponible en gamas desde los 600 a los 1.800 W.
Radiadores eléctricos por infrarrojos
Los radiadores eléctricos por infrarrojos calientan por radiación, y no por convección como la mayoría de radiadores. La convección calienta el aire y este nos calienta a nosotros, mientras que la radiación calienta directamente la materia y no el aire.
Los radiadores eléctricos por infrarrojos calientan directamente los cuerpos irradiando ondas electromagnéticas cuyos fotones son absorbidos tanto por nosotros como por los objetos, paredes y suelos siempre que estén en su radio de alcance.
La convección tiene el problema de que al calentar el aire este se estratifica, es decir, el aire caliente asciende al techo. Esto hace que el calor se acumule en la parte alta de la estancia perdiendo eficiencia.
- Ventajas de los radiadores por infrarrojos
- Calientan la materia y no el aire
- Ahorro energético
- Son modulables
- Calor casi instantáneo
- Al no calentar el aire no mueve ácaros ni polvo (bueno para alérgicos)
- No hace ruido
- No producen emisiones
- Desventajas de los radiadores por infrarrojos
- No es un calor envolvente ya que es una radiación directa. Es el llamado "efecto hoguera".
- Cuanto más te alejes del foco radiante más te enfrías, ya que no caliente el aire.
La calefacción por infrarrojos debe instalarse en el techo, ya que funciona con una amplitud de 45 grados, de forma que cubra toda la estancia y ocupe menos espacio. Si se instala en la pared pierde un 30% de efectividad.
Los radiadores eléctricos por infrarrojos pueden ser de dos tipos: tubulares (como los fluorescentes de iluminación) o planos (paneles de cerámica o vidrio radiante).
Existen 3 tipos de ondas infrarrojas (a partir de 14 micrómetros, las ondas empiezan a ser perjudiciales para el ser humano):
- Ondas cortas: de 0,8 a 1,5 micrómetros. Calienta desde el primer segundo y tiene un tono rojizo porque está más cerca de la franja de luz solar. Se utiliza en exteriores o techos muy altos como pabellones o iglesias ya que tienen un alcance hasta de 10 metros y una potencia de entre 1.000 y 18.000 W.
- Ondas medias: de 1,5 a 3 micrómetros. Se utiliza el cuarzo y da menos calor. No suele usarse mucho.
- Ondas largas: de 3 a 10 micrómetros. No da ningún tipo de luz. Es la más beneficiosa para las personas. Se usan en viviendas y requieren menos potencia. Suelen tener un alcance de 3 metros y una potencia de 450 a 900 W.
Radiadores eléctricos de pared
Radiadores eléctricos de pared
Son radiadores que se instalan en la pared de la estancia mediante un soporte que va fijado con tornillos. La ventaja de este sistema es que es mucho más estable, impidiendo que el radiador se caiga si alguien le da un golpe.
Por contra, los radiadores eléctricos de pared tienen la desventaja de ser fijos, es decir, no se pueden cambiar de habitación en función de las necesidades del usuario.
Este sistema tiene su homólogo en el techo, habiendo radiadores, como los de infrarrojos, que se instalan en esa posición.
Radiadores eléctricos portátiles
Son radiadores equipados con patas o ruedas para estar directamente apoyados en el suelo. La principal ventaja que presentan es que pueden moverse según las necesidades del usuario. La desventaja que presentan los radiadores eléctricos portátiles es que pueden ser volcados y hacer que se rompan.
Radiador toallero eléctrico
El radiador toallero eléctrico está especialmente pensado para su instalación en el cuarto de baño, pudiendo eliminar rápidamente la humedad de las toallas a la vez que mantienen una temperatura ambiente agradable.
Los radiadores toallero también pueden ser de agua caliente, yendo conectado al circuito de agua de la calefacción. Estos requieren una instalación costosa ya que hay que empalmar tuberías y hacer que estas lleguen al lugar del radiador. Su punto positivo es que su eficiencia es mayor ya que consume menos energía.
En cambio, el radiador toallero eléctrico no requiere instalación, solo debe fijarse en la pared. Además, se calienta muy rápido. El punto negativo es que consume más que el radiador toallero de agua.
Para la colocación del radiador toallero eléctrico hay que guardar una distancia de seguridad entre cualquier punto de salida de agua como la ducha y la toma de corriente eléctrica para la conexión del toallero.
Existen modelos con o sin termostato. Lo más recomendable es comprar uno que lo integre, ya que esto permite su autorregulación en función de la temperatura ambiente. Un ejemplo de ello son los radiadores Baxi Roca de las serie ALEC, DO, EL y CL eléctricos.
Radiador eléctrico vertical
El radiador eléctrico vertical está ganando mucha popularidad en la actualidad ya que en plano del diseño supone un gran avance frente a los radiadores clásicos, pudiendo encajar en todo tipo de decoraciones. Además, permiten aprovechar mejor el espacio, dejando más hueco para el mobiliario.
El precio del radiador eléctrico vertical suele ser más elevado ya que suelen tener unos acabados de mayor calidad y diseño.
Aunque si el usuario busca el mejor sistema de calefacción en cuanto a diseño y espacio, debe tener en cuenta el suelo radiante, ya que va instalado bajo el suelo por lo que no se percibe ni ocupa espacio. Este puede ser eléctrico o por agua.
¿Cuánto consume un radiador eléctrico?
El consumo de un radiador eléctrico depende fundamentalmente de su potencia. Cuanta más potencia tenga, mayor es su consumo.
Supongamos que durante el invierno tenemos encendido el radiador eléctrico de 1.300 W durante 5 horas al día. El radiador consumiría esta energía al día siempre que funcionase a su máxima potencia:
Energía = potencia * tiempo
Energía = 1.300 W * 5 horas = 6,5 kWh
Debido a que gran parte de los radiadores llevan termostato pueden ajustar su potencia en función de la temperatura ambiente, de forma que no siempre trabajan a su máxima potencia. Imaginemos que el radiador que hemos visto antes trabaja a una potencia media de 1.000 W. Su consumo sería de 1.000 W * 5 horas = 5 kwh.
Dado que el precio de la luz está en torno a 0,1450 €/kWh (impuestos incluidos), el radiador gastaría 5 kWh * 0,1450 €/kWh = 0,725 €/dia. Que al mes serían 21,75 €.
Si el usuario tuviera en su vivienda 5 radiadores enchufados 5 horas al día, pagaría en torno a 109 € al mes de calefacción.
Cálculo de la potencia de radiadores eléctricos
Hay que calcular entre 80-100 W (vatios) por m2, por ejemplo, para una habitación de 10 m2 se necesita un radiador eléctrico de unos 800-1.000 m2. Aunque estos cálculos varían en función del aislamiento de la vivienda, su orientación y la zona climática.
A partir de 15 m2 se recomienda el uso de dos radiadores que sumen la potencia total necesaria para así repartir mejor el calor.
En esta ecuación también entra en juego el número de elementos que tiene el radiador eléctrico. A mayor cantidad de elementos para una misma potencia, más confortable es el calor que emite.
Existen modelos que incorporan un medidor de consumo, de forma que el usuario sabe cuánta electricidad está demandando en todo momento.
¿Radiadores eléctricos o de agua?
Característica | Radiador eléctrico | Radiador de agua |
---|---|---|
Consumo | Alto | Bajo |
Instalación | Nula | Cara |
Potencia eléctrica | Alta | Baja |
Mantenimiento | Bajo | Medio |
Calidad del aire | Seco | Normal |
Acumulación de calor | Sí | No |
Parón general por fallo | No | Sí |
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Consumo
El es el principal factor a la hora de decidir si instalar radiadores de agua o eléctricos, ya que de este depende el precio a pagar en la factura energética.
Como norma general, los radiadores de agua consumen menos que los radiadores eléctricos. Además, el gas es una energía bastante más económica que la luz: la tarifa regulada de gas tiene un coste de 0,0373 €/kWh mientras que el kWh de la electricidad está en 0,010 €/kWh (precios sin impuestos aplicados).
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Instalación
La gran ventaja que tienen los radiadores eléctricos es que o no necesitan instalación o esta es muy simple, como atornillar un soporte a una pared. En cambio, los radiadores de agua necesitan tener por detrás un entramado de tuberías que los conecte todos a una caldera de gas.
El precio de la instalación de gas natural y la calefacción por radiadores de agua suele suponer una inversión elevada, pero rentable a corto plazo si el consumo en gas en la vivienda no es bajo.
¿Cual elegir en función del consumo y el precio de la instalación?
La balanza entre consumo e instalación se equilibra hacia un lado u otro en función de las necesidades de la vivienda. Si es un hogar con una demanda escasa de calefacción (segundas viviendas, casas muy pequeñas o en zonas calurosas) es recomendable instalar radiadores eléctricos.
Si por el contrario, se trata de una vivienda estándar con un consumo de calefacción medio o elevado, es mejor instalar radiadores de agua con gas natural o aerotermia, ya que a pesar de la alta inversión inicial, esta será fácilmente amortizable con el ahorro en las facturas y más si se combina aerotermia con suelo radiante o aerotermia con radiadores de baja temperatura.
Mantenimiento
Los radiadores eléctricos no requieren mantenimiento. En cambio, los radiadores de agua requieren que un técnico realice la revisión de la caldera, pues dependen de ella. Además, de esta revisión, toda instalación de gas debe pasar una inspección obligatoria de gas cada 5 años.
Calidad del aire
Casi todos los radiadores eléctricos secan el aire de la estancia donde están instalados. Esto no sucede con los radiadores de agua.
La mayoría de los radiadores, sean de agua o eléctricos, funcionan por convección, lo que hace circular el aire caliente por la habitación moviendo los ácaros y el polvo, lo que es perjudicial para personas con alergia o asma. Esto no sucede con los radiadores eléctricos por infrarrojos, que al funcionar por radiación no intervienen en el aire, sino en los objetos.
Acumulación de calor
Todo radiador tiene una inercia térmica en función del material con el que esté construido y de si tiene fluido caloportador en su interior o no. Es por ello que dependiendo del tipo de radiador encontramos radiadores que conservan más o menos tiempo el calor.
Pero la ventaja existe cuando hablamos de radiadores acumuladores eléctricos, que están especialmente diseñados para generar calor, almacenarlo, e ir soltándolo poco a poco. Esto tiene un beneficio enorme si se tiene contratada una tarifa con discriminación horaria y se programa la calefacción para generar el calor durante la noche por la noche (cuando la luz es más barata) y soltar ese calor por el día.
Parón por fallo
Una ventaja de los radiadores eléctricos es que si se rompe un radiador no afecta al resto, ya que son independientes unos de otros. En cambio, si se rompe un radiador de agua, el usuario se queda sin calefacción en toda la estancia, pues todos están conectados entre sí en un circuito cerrado que nace en la caldera y pasa por todos ellos.