¿Cómo calcular la potencia trifásica en un inmueble?

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La potencia trifásica es la que se puede contratar en una instalación eléctrica con 3 fases y corrientes alternas, permitiendo tener una potencia diferente en distintas partes del inmueble. Descubre cuando es más recomendable que la monofásica, cómo calcularla y cual es la mínima que se puede contratar.

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¿Qué es la potencia trifásica?

La potencia trifásica es aquella que puede contratarse cuando la instalación eléctrica del inmueble es de tres fases y tres corrientes alternas, lo que permite repartir la potencia contratada entre distintas zonas del punto de suministro. Es decir, podremos contratar 3 potencias diferentes para 3 zonas diferentes dentro de la misma empresa u hogar.

Por norma general, las instalaciones trifásicas son recomendadas para empresas o compañías con ciertas necesidades energéticas asociadas al gran tamaño de su oficina o nave industrial y que, en ocasiones, hacen uso de un gran número de aparatos electrónicos o maquinaria, requiriendo una potencia contratada superior a 15 kW.

A pesar de que la instalación trifásica es la recomendada para negocios, estas no son las únicas que pueden hacer uso de ella. Los hogares, si se considera apropiado por parte de la persona responsable de hacer un alta la luz en un inmueble, cambiar la luz de nombre o cambiar la potencia contratada, pueden hacer uso de la corriente trifásica si así lo consideran dadas las necesidades del inmueble.

Las instalaciones eléctricas con corriente trifásica necesitan un contador inteligente para poder ajustar y repartir la potencia entre sus fases o zonas.

De la misma forma, los comercios no siempre tendrán que contar con una potencia trifásica si estos no reunen las condiciones que recomiendan contar con ella y su potencia contratada es inferior a 15 kW, pudiendo de esta forma decantarse por contar con una instalación monofásica. Este es el caso de algunas pequeñas y medianas empresas (pymes).

Cálculo de la potencia trifásica

La potencia trifásica permite que la corriente eléctrica se reparta en distintas fases dentro de una misma instalación, ya sea la de una vivienda o un comercio más o menos grande. Con este tipo de instalación, distintas parte del inmueble pueden contar con una potencia diferente acorde a las distintas necesidades y consumo de cada zona.

Actualmente, teniendo un contador digital, el consumidor que disponga de una potencia trifásica puede repartir la cantidad de kilovatios que contrate entre las 3 fases con las que cuenta, sin que estas tengan que ser iguales. Por ejemplo, si se contrata una potencia de 9,2 kW, esta podría repartirse en 4,1 kW para la primera fase, 3,2 kW para la segunda y 1,9 Kw en la tercera.

Con el objetivo de lograr ahorrar luz y dinero en la factura, calcular la potencia trifásica correcta que se necesita será fundamental para no tener que afrontar el gasto que supone un innecesario número de kilovatios extra. Además, elegir bien desde el principio evitará que tengamos que subir o bajar la potencia contratada, con el coste que ello puede suponer y evitando que salte el interruptor de control de potencia (ICP) con frecuencia.

Desde 2018, las potencias tanto monofásicas como trifásicas pueden contratarse libremente por tramos múltiplos de 0,1 kW, dejando atrás la rigidez en la contratación que ofrecía tener que elegir una potencia normalizada, que ahora cumplen un rol unicamente orientativo.

Para realizar el cálculo de la potencia trifásica necesaria habrá que tener en cuenta las necesidades para cada fase, la maquinaria y/o electrodomésticos con los que se cuenta y el número de convivientes o empleados que utilizan el inmueble con frecuencia. Para calcular de forma correcta la potencia trifásica necesaria la opción más recomendable es ponerse en contacto con un electricista certificado.

Corriente monofásica o trifásica: ¿en qué se diferencian?

La instalación monofásica es la más habitual que se puede encontrar en una vivienda, con una únca corriente alterna y una única fase. La tensión habitual en estos circuitos es de entre 220 y 230 voltios, por lo que siempre que la potencia que se haya adquirido para la vivienda sea de menos de 15 kW, será recomendable contra con ella. Es importante añadir que, para negocios pequeños, la potencia monofásica puede también ser la más idónea.

La corriente trifásica es la recomendada para potencias de más de 15 kW, dado que permite voltajes de entre 380 y 400 voltios. Es por ello que, para empresas grandes que pueden necesitar estar conectadas a redes de alta tensión, esta es la mejor opción.

Diferencias entre instalación monofásica y trifásica
Potencia monofásicaPotencia trifásica

Menos de 15 kW

Más de 15 kW

Entre 220 y 230 voltios

Entre 380 y 400 voltios

¿Cómo saber si mi instalación eléctrica es monofásica o trifásica?

Una de las formas más eficientes y rápidas de conocer si la instalación de una vivienda es trifásica o monofásica es fijarse en el interruptor automático principal del cuadro de luz de un inmueble, que suele estar junto a la puerta principal de la casa. Si los dispositivos son dobles, querrá decir que la instalación es monofásica y si, por el contrario, el dispositivo es triple, entonces será trifásica.

Conocer si la potencia con la que se cuenta es monofásica o trifásica es el primer paso para decidir y valorar si es la opción más idónea para el tipo de consumo o si conviene cambiar de instalación. Además, en función del caso en concreto, las compañías de luz más baratas serán unas u otras, pues los planes de las comercializadora suelen diferenciar en función de si se necesitan más o menos de 15 kilovatios de potencia y, en general, entre usuarios domésticos y para empresas.

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¿Cómo cambiar de una instalación trifásica a monofásica?

Si se desea cambiar el cuadro eléctrico para pasar de trifásica a monofásica, lo primero que debe saberse es que no es una tarea sencilla, por lo que es una reforma que implica cambiar el cableado de la instalación, algo que suele ser habitual hacer cuando se lleva a cabo una reforma profunda de la vivienda o local comercial.

En cualquier caso, habrá que tener en cuenta lo que conlleva cambiar de una instalación a otra, ya que elegir la elección equivocada puede ocasionar importantes perjucios en el correcto funcionamiento del consumo y también el precio abonado. En caso de realizarse el cambio, la distribuidora deberá proceder a sustituir el contador del punto de suministro.